jueves, 6 de junio de 2013
¿Cielo o Infierno?
Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cual más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado: Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca. Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.
En un mundo donde reina el egoismo, la individualidad esta historia nos hace recordar que el mayor regalo de Dios a los hombres es lacapacidad de amarnos los unos a los otros, despues de todo en esto consiste el Reino de Dios, la ley y los profetas.
El cielo o el infierno no son lugares como tal mas bien, estados de vida que al final dependen de las decisiones que tomemos hoy . ¿Donde te encuentras tu? ¿Estas mas cerca del cielo o del infierno? Recuerda que la decision esta en tus manos.
Nos seguimos viendo en este interesante Camino de la Vida.
sábado, 1 de junio de 2013
El Valor de un Saludo
Cuenta una historia que:
Un hombre trabajaba en una planta empacadora de carne en Noruega. Un día, terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo, se cerró la puerta con el seguro y se quedó atrapado dentro del refrigerador; golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar, pero nadie lo escuchaba. La mayoría de los trabajadores se habían ido a sus casas, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía esa puerta....
Llevaba cinco horas en el refrigerador al borde de la muerte.
De repente se abrió la puerta. El guardia de seguridad entro y lo rescató.
Después de esto, le preguntaron al guardia ¿a qué se debe que se le ocurrió abrir esa puerta si no es parte de su rutina de trabajo?
El explicó: “Llevo trabajando en esta empresa 35 años, cientos de trabajadores entran a la planta cada día. Este judío es el único que me saluda en la mañana y se despide de mí en las tardes.
El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible. Hoy me dijo “hola”, pero nunca escuché “hasta mañana”. Yo espero por ese hola, buenos dias, y ese chau, hasta mañana cada día. Sabiendo que todavía no se había despedido de mí, pensé que debía estar en algún lugar del edificio, por lo que lo busqué y lo encontré”.
Seguimos transitando en este interesante Camino de la vida.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)